La película, ambientada en 2700, muestra una Tierra deshabitada por humanos debido a sus altos niveles de basura, en la que un robot, Wall-e, desempeña su tarea día tras día: limpiar. Sin embargo, su vida cambia cuando se encuentra con una robot exploradora llamada Eve, de la que se enamora. Cuando Eve es enviada de vuelta a la galaxia, Wall-e se va con ella.
Hemos observado una serie de elementos que hoy en día pueden resolverse con Inteligencia Artificial. Ejemplos de ello serían los robots limpiadores, el piloto automático, los robots que caminan por líneas o el reconocimiento de voz. Sin embargo, ninguno de los existentes en la actualidad tiene prestaciones tan desarrolladas. También hay elementos para los que la Inteligencia Artificial aún no está preparada, como es el caso del personal robótico, de los robots que tienen sentimientos (amor, entre Wall-e y Eve, tristeza, cuando Eve encuentra la planta y Wall-e la cuida, felicidad, cundo Eve le corresponde o preocupación, cuando Wall-e está siendo aplastado…) La mayoría de la tecnología que aparece en la película es impensable actualmente, como por ejemplo, los cruceros espaciales, la ropa que cambia de color con pulsar un botón, las sillas que flotan y se mueven transportando a la gente o las videollamadas holográficas que se reflejan en el aire. En este último caso hay algunos desarrollos cercanos, pero los hologramas siempre se reflejan sobre una superficie.
Los robots de la película son bastante completos ya que cumplen correctamente el cometido para el cual han sido programados. Sin embargo, sería deseable que pudiesen hablar desarrollando frases completas y que se pudiesen comunicar de forma electrónica entre ellos sin necesidad de pulsar botones, por ejemplo, mediante wi-fi.
Respecto a las implicaciones morales y sociales hay que destacar el conflicto que causarían tantas comodidades en la vida cotidiana, que podrían derivar en el desarrollo de una vida totalmente sedentaria e incluso, a muy largo plazo, podría dar lugar a deformaciones óseas, como las que se aprecian en la película (menor tamaño de los huesos, mayor masa y extremidades más cortas.) estos cambios llegan a tal extremo que las personas incluso pierden, prácticamente, la capacidad de moverse y caminar. Además, delegar todas las responsabilidades en las máquinas podría resultar perjudicial por un conflicto de órdenes. Es decir, podría suceder que las máquinas no obedeciesen las órdenes de un mando por que tuviesen otras anteriores de un superior.
La sociedad que muestra la película está caracterizada por la pérdida de la individualidad y la influenciabilidad de las personas. Este hecho se puede observar, por ejemplo, en la escena en que se anuncia que está de moda el color azul e inmediatamente todos cambian el color de su ropa. También se observa que la sociedad en que viven está dominada por una total globalización y un control absoluto de todos los aspectos de la vida humana (todos comen lo mismo, visten igual, “piensan” igual…) además, nadie se relaciona con las personas de su alrededor. En definitiva, es una sociedad completamente alienada en la que se depende para todo de la tecnología y de los robots.
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