miércoles, 9 de marzo de 2011

Ghost in the Sell (Mamoru Oshii, 1995)









Ghost in the Sell es una película anime basada en la ciencia-ficción. Muy influenciada por Blade Runner (Ridley Scott, 1982, se desarrolla en un futuro lejano donde los seres humanos han conseguido incorporar implantes cibernéticos en su cuerpo aumentando así sus capacidades naturales. Es un mundo donde todo es cibernético y los robots son idénticos a los hombres. La población se conecta a internet a través de sus ghost (alma), donde se encuentran todos los datos creados por la sociedad. La sección 9 ha de evitar los continuos ataques de criminales cibernéticos y tecnológicos.




Aparecen, en la película, multitud de cosas que no podrían hacerse hoy con Inteligencia Artificial como los implantes cibernéticos que perfeccionan el cuerpo humano (perfección de la vista, oídos, manos robóticas, ampliación del cerebro) al igual que las prótesis (aunque se está investigando el tema aún queda mucho por averiguar) o incluso cambiar los recuerdos de la gente. Todo esto está desarrollado hasta el punto de que el programa de ordenador es consciente de si mismo y se considera un ser vivo que piensa y siente a pesar de no tener cuerpo.



Una cosa que aparece en la película y que puede lograrse hoy día con la Inteligencia Artificial actual son los disparos guiados por GPS .
Sin embargo, hay bastantes cosas no posibles, como muchos de los implantes que se pueden realizar, las modificaciones en el cerebro, o cambiar los recuerdos de una persona.


Además, abundan también las tecnologías no cotidianas actualmente, como el aumento de inteligencia, los trajes de invisibilidad o la posibilidad de que las personas reciban información mediante cables.


Encontramos anacronismos creados por dar un excesivo espectáculo a cosas que en la vida real serían poco prácticas. Por ejemplo, ¿por qué hay un cable que te conecta a internet si existe la telepatía?

En esta película podemos encontrar varios problemas éticos. Uno de los más trascendentales es; ¿puede dársele asilo político a un ordenador? Deberían crearse leyes que así lo dictasen.
Otra de las importantes es que si nos cambian todo el cuerpo menos nuestro cerebro ¿seguimos siendo nosotros mismos?, ¿dónde conservamos nuestra personalidad?, ¿es en el alma, en el cuerpo o quizás en el cerebro?




lunes, 28 de febrero de 2011

Blade Runner (Ridley Scott, 1982)






Hoy en nuestro blog analizaremos la película Blade Runner, gran clásico del cine de ciencia ficción protagonizado por Harrison Ford y basado en la novela de Philip K. Dick “Blade Runner: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”  La historia trata de cómo el personaje interpretado por Ford es el encargado de acabar con cuatro replicantes (seres organicos empleados como esclavos) llegados a la Tierra desde las colonias espaciales.

Empezando nuestro análisis particular, en la película se han observado ciertas cosas, ciertos avances que en la actualidad no son un imposible, como por ejemplo el sistema de navegación por voz de los vehículos, aunque nos ha inquietado más el hecho de lo que actualmente resulta imposible al ser humano: fabricar “maquinas” como las descritas en la película, seres orgánicos sin conocimientos de su naturaleza  y con un periodo de vida delimitado en su creación. Cierto que en la película también aparecen coches voladores, pistolas láser, detectores de mentiras de una complejidad imposible en la actualidad e incluso paragüas de neón (que algún fan de la serie se ha dedicado a fabricar y vender), pero la “humanidad” de esas herramientas y su composición y características fomentan más nuestro interés.

Dado que este punto nos resulta especialmente atractivo y constituye una gran fuente de preguntas sobre el tema y relacionados, y hemos llegado a ese punto del análisis, detengámonos por un momento. Nos encontramos en una sociedad futura, avanzada. Nuestras colonias en el espacio necesitan mano de obra barata, asi que usamos los replicantes para trabajar allí. Son seres creados de manera orgánica, que piensan, son conscientes de sí mismos, con un tiempo de vida limitado a cuatro años (para que no causen problemas), y todos y cada uno de ellos son distintos, como verdaderos humanos.

La pregunta clave que aquí surge es: ¿por qué?, es decir, son tratados como esclavos, sin embargo les humanizan hasta el extremo de poder ser identificados solamente mediante una ausencia de valores humanos, tales como la crueldad con seres vivos u otros humanos, imperceptibles para ellos… No poseen una marca identificativa para que si se fugan puedan ser detectados, son una creación demasiado “humana” para después programarles la muerte a los cuatro años… 

               


Cuán peligroso es lo que pueden aprender o cuestionarse en esos 4 años, o por qué fueron creados de esa manera, son dudas que siempre quedarán ahí, sin respuesta, solo meras teorías… cada cual que elija la suya, 

Esta “humanidad”, esta libertad de elección, plantea una gran e hipotética pregunta: conseguimos crear un ser orgánico, que piensa por si solo,  un gran invento para nuestras fábricas, pero… ¿cuáles son las consecuencias? ¿Es seguro? Respondo con la misma pregunta, ligeramente cambiada: ¿es seguro un ser humano, racional, en todas las ocasiones? NO. No olvidemos que los replicantes no tienen los caracteres aprendidos de pudor y delicadeza en ciertos temas, o consideración. Podrían llegar a ser peligrosos sin duda, como cualquier persona mentalmente desequilibrada. El mero hecho de ser hechos tan similares al ser humano demuestra que la fe en que falle es ínfima, pero falla. El motivo de seguir usándolos es su utilidad y el alivio que proporciona a la sociedad con respecto al trabajo generado.

Otra cuestión es hasta qué punto los robots sienten las emociones, pues vemos cómo dos replicantes se enamoran, cómo se demuestran afecto, o cómo incluso terminan salvando la vida a Dekard llegado el momento final, justificándolo con la existencia de recuerdos, memorias y emociones. ¿Hasta que punto podemos esperar que los replicantes evolucionen y confiando en sus sentimientos puedan ser dignos de más confianza? Fácil: gracias al límite de cuatro años de vida los replicantes no pueden compartir conocimientos los unos con los otros, incluso pueden no llegar a las mismas conclusiones.

lunes, 21 de febrero de 2011

Inteligencia artificial (Steven Spielberg, 2001)






Inteligencia Artificial es una película ambientada en un mundo futuro que cuenta la creación de un nuevo robot con aspecto de niño que tiene la función de suplantar a los niños humanos, debido a la superpoblación existente, y que tiene la capacidad de amar. Los humanos no están preparados para este avance y el niño robot es dado de lado continuamente. Tras una serie de incidentes la familia que lo compró le abandona y David emprende un viaje para encontrar al hada azul, que según cree, le convertirá en un niño de verdad logrando así que su madre le quiera.





En el film hemos se aprecian ciertas cosas que pueden realizarse hoy día con Inteligencia Artificial: la sensibilidad de los robots como reacción al entorno y al dolor y los sistemas de navegación. Por el contrario, hemos encontrado bastantes cosas que actualmente no pueden realizarse, como los robots que sienten amor, y otros sentimientos, que tienen esperanzas o que son capaces de tomar decisiones para las que no han sido programados con anterioridad e incluso adquieren conocimiento de las experiencias vividas. Lo más destacado es que David ha sido programado para querer que su madre le quiera, pero no lo ha sido para querer convertirse en un robot de verdad. Él mismo concluye que es necesario que lo sea para que su madre le quiera.
Otras tecnologías no cotidianas hoy día son los vehículos que pueden circular por tierra, por aire y por debajo del agua, los robots que pueden tener contacto con el agua y la tecnología de criogenización. (Hoy día hay cámaras de criogenización, pero aún no se ha conseguido que el ser congelado vuelva a la vida.)
Como características que serían deseables en los robots y no aparecen en la película, hemos de destacar que sería beneficioso que los ordenadores tuviesen un conversor de materia orgánica en energía para poder recargar sus baterías.


En cuanto a las implicaciones morales, éticas o prácticas, la más obvia es el problema del desarrollo de sentimientos en los robots. El protagonista, por ejemplo, siente ira cuando encuentra un robot que es igual que él físicamente y que dice llamarse igual. Como reacción a esta ira, le mata. Si un robot es capaz de matar a otro robot, también puede matar a una persona real. El robot podría, por ejemplo, haber matado al niño con el que convivía.
Sin embargo, David es un robot que tiene sentimientos, ¿pero son realmente sentimientos propios o son sentimientos programados?


Además, ¿qué pasaría con los robots cuando las familias que los adoptases dejasen de quererlos? Probablemente lo mismo que pasa muchas veces con los cachorros de perro: acabarían abandonados.





miércoles, 16 de febrero de 2011

WALL-E





La película, ambientada en 2700, muestra una Tierra deshabitada por humanos debido a sus altos niveles de basura, en la que un robot, Wall-e, desempeña su tarea día tras día: limpiar. Sin embargo, su vida cambia cuando se encuentra con una robot exploradora llamada Eve, de la que se enamora. Cuando Eve es enviada de vuelta a la galaxia, Wall-e se va con ella.


Hemos observado una serie de elementos que hoy en día pueden resolverse con Inteligencia Artificial. Ejemplos de ello serían los robots limpiadores, el piloto automático, los robots que caminan por líneas o el reconocimiento de voz. Sin embargo, ninguno de los existentes en la actualidad tiene prestaciones tan desarrolladas. También hay elementos para los que la Inteligencia Artificial aún no está preparada, como es el caso del personal robótico, de los robots que tienen sentimientos (amor, entre Wall-e y Eve, tristeza, cuando Eve encuentra la planta y Wall-e la cuida, felicidad, cundo Eve le corresponde o preocupación, cuando Wall-e está siendo aplastado…) La mayoría de la tecnología que aparece en la película es impensable actualmente, como por ejemplo, los cruceros espaciales, la ropa que cambia de color con pulsar un botón, las sillas que flotan y se mueven transportando a la gente o las videollamadas holográficas que se reflejan en el aire. En este último caso hay algunos desarrollos cercanos, pero los hologramas siempre se reflejan sobre una superficie.



Los robots de la película son bastante completos ya que cumplen correctamente el cometido para el cual han sido programados. Sin embargo, sería deseable que pudiesen hablar desarrollando frases completas y que se pudiesen comunicar de forma electrónica entre ellos sin necesidad de pulsar botones, por ejemplo, mediante wi-fi.




Respecto a las implicaciones morales y sociales hay que destacar el conflicto que causarían tantas comodidades en la vida cotidiana, que podrían derivar en el desarrollo de una vida totalmente sedentaria e incluso, a muy largo plazo, podría dar lugar a deformaciones óseas, como las que se aprecian en la película (menor tamaño de los huesos, mayor masa y extremidades más cortas.) estos cambios llegan a tal extremo que las personas incluso pierden, prácticamente, la capacidad de moverse y caminar. Además, delegar todas las responsabilidades en las máquinas podría resultar perjudicial por un conflicto de órdenes. Es decir, podría suceder que las máquinas no obedeciesen las órdenes de un mando por que tuviesen otras anteriores de un superior.

La sociedad que muestra la película está caracterizada por la pérdida de la individualidad y la influenciabilidad de las personas. Este hecho se puede observar, por ejemplo, en la escena en que se anuncia que está de moda el color azul e inmediatamente todos cambian el color de su ropa. También se observa que la sociedad en que viven está dominada por una total globalización y un control absoluto de todos los aspectos de la vida humana (todos comen lo mismo, visten igual, “piensan” igual…) además, nadie se relaciona con las personas de su alrededor. En definitiva, es una sociedad completamente alienada en la que se depende para todo de la tecnología y de los robots.

lunes, 7 de febrero de 2011

Juegos de guerra (John Badham, 1983)



David Lightman es un joven experto en informática, que busca un nuevo juego con el que evadirse, sin saberlo conecta con el WOPR, ordenador responsable de control armamentístico de los EEUU, David creyendo que juega a la "Guerra termonuclear mundial" inicia una partida con el ordenador, pero el WOPR considera el juego como algo real y desencadena una posible tercera guerra mundial, sólo David puede evitarlo.



En la película aparecen una serie de elementos relacionados con la Inteligencia Artificial que existen hoy en día, como el ordenador que aprende a jugar a partir de sus errores o, relacionado con lo anterior, el juego de cero jugadores, en el que juega solo la máquina o en el que no hay ningún jugador, sea o no humano. La mayoría de los videojuegos se pueden ajustar de forma que el ordenador juegue contra sí mismo mediante el uso de inteligencia artificial: un ejemplo clásico es el ajedrez. Además, un ordenador puede ser programado para interactuar con personas o realizar llamadas. Sin embargo, en la película, Joshua llama a David sin ser programado anteriormente para ello, cosa que hoy día es impensable.
Por otra parte, no es habitual que una persona y menos una persona de tan corta edad tenga en su habitación ordenadores tan potentes y desarrollados y una soltura tan alta como hacker.



Habría muchas implicaciones morales y éticas si las máquinas existiesen En el juego la Segunda Guerra Mundial termonuclear, Josué tenía la capacidad de iniciar la Tercera Guerra Mundial en base a lo que él cree que es puramente una simulación. Máquinas similares a Josué no serían seguras, puesto que podrían ser mal utilizadas y poner en peligro vidas humanas. Es mucho más fácil ver una simulación por ordenador en lugar de las ciudades reales. Esto podría ser peligroso puesto que no se verían las consecuencias y la guerra podría ser vista como un juego, sin valorar realmente los resultados de sus acciones. Es mucho más fácil que las personas se sienten detrás del ordenador y enviar misiles que ejecutar las acciones sin una visualización. Tener un equipo responsable del control absoluto de la guerra es irresponsable, y se correría el riesgo de que se pudiese acceder al administrador desde fuera del sistema, al igual que sucedió con Josué. Esto también trae consigo el problema ético de las máquinas que tienen una mente propia y ordenadores que pueden decidir el resultado de los problemas humanos creados. Si un equipo, al igual que Josué, tiene una mente propia y piensa que las posibilidades de ganar son infinitas, podría ser perjudicial para la sociedad. Los juegos de guerra del ordenador han sido diseñados por los seres humanos y construidos para simular lo que podría suceder en la guerra, pero podrían írsele de las manos a sus creadores.



miércoles, 2 de febrero de 2011

Yo, Robot

      Yo, Robot es el ejemplo perfecto de una película que muestra cómo la inteligencia artificial puede influir en una sociedad. La película tiene lugar en el año 2035 en un mundo en el que las personas conviven en completa armonía con robots inteligentes La acción de comienza cuando  el Dr. Alfred Lanning aparentemente se suicida. Dell Spooner, un hombre en desacuerdo con el gran desarrollo de la tecnología, es el detective que investiga su muerte, y cree que sabe qué robot es el asesino.  VIKI, un cerebro positrónico que dirige a todo este mundo altamente mecanizado, dirige una sublevación robótica, pero Spoone logra, con la ayuda de  NS5, reprimir la sublevación.





     En la película se muestra una sociedad futurista que cree que los robots son fieles a sus creadores debido a las tres leyes por la que se rigen. Es posible que haya robots creados en el futuro como los robots de la película. Al igual que en la película, los robots podrían realizar tareas simples y ser usados como funcionarios. Aunque esta historia tiene lugar dentro de veinticinco años, no es seguro que el uso de robots pueda ser tan amplio como lo es en la película, puesto que el film demuestra los peligros potenciales de robots que tienen la capacidad de tomar sus propias decisiones.

     En la historia se cuenta que Spooner no confía en los robots puesto que en su pasado, uno de ellos salvó su vida ignorando las órdenes que recibió de salvar a una niña. Probablemente, en la sociedad actual, el gobierno intervendría ante un suceso similar al de la muerte del Dr. Alfred Lanning. En la película, los NS / 5 retienen a los seres humanos como prisioneros su propia casa y comienzan a aplicar castigos a los humanos.

     Actualmente, un robot no tiene la capacidad de pensar y de tener autocontrol y autoconciencia.
En la actualidad no hay cosas tales como robots que se asemejan a la forma humana. Tampoco Robots que detecten accidentes y se ocupen de recoger los desperfectos ocasionados. Los robots del presente son máquinas controladas exclusivamente por los seres humanos: son incapaces de tomar decisiones, tener sentimientos, ni haga nada que no impliquen un ser humano.


   Algunos elementos que sí se pueden resolver con la tecnología actual son los coches “auto-conducidos”, los programas de reconocimiento de voz y los hologramas que interactúan.  Aparecen algunas tecnologías no cotidianas que no pertenecen a la inteligencia artificial, como el brazo biónico que posee el protagonista.

  Sería deseable que los robots de la película, especialmente los que más responsabilidades asumen,tuviesen un botón manual que hiciera volver al sistema a sus condiciones iniciales mediante su apagado, es decir, un “reset”.

    No hay anacronismos evidentes. Es imposible observarlos puesto que aún no es 2035 y no se puede saber qué desarrollo tecnológico habrá en esa fecha.

    En la película se le otorgan a los robots muchas facultades que pueden derivar en libre albedrío, lo que supondría implicaciones morales y éticas.

    Por un lado, se cambiaría la evolución biológica que se ha ido desarrollando en la especie humana a lo largo de los años por una evolución tecnológica, que podría cambiar mucho las formas en las que funciona la sociedad y plantear una cuestión sobre la identidad del ser humano.

 

     Podría crearse confusión entre lo virtual y lo real, la vida y la “no” vida y lo natural y lo no natural.
Además, no es seguro que no haya fallos en los sistemas, y no se sabe si creará problemas como un aumento de la violencia.



    
  
 El escritor de la obra en la que está basado el film,  Isaac Asimov, estableció la integración de los robots en la sociedad. Para ello creó las Tres Leyes de la Robótica: 

“1. Un robot nunca herirá a un ser humano, o, pasivamente, permitirá que un ser humano sufra daño. 
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto cuando dichas órdenes estén en conflicto con la Primera Ley. 
3. Un robot debe proteger su propia existencia, siempre y cuando dicha protección no esté en conflicto con la Primera y Segunda Ley."


     Posteriormente mejoró su sistema y desarrolló la Ley Zero: “Un robot no debe herir a la humanidad, o pasivamente, permitir que la humanidad sufra daño”.  El problema surge al replantarse si en la sociedad real se podría  “dominar” siempre a los robots con unas leyes similares e incluso ser capaces de desenchufarlos cuando se desease.

     Según las normas de Asimov,  y en teoría, los robots serían incapaces de rebelarse y de contradecir órdenes, sin embargo el que tengan forma humanoide haría que, muy probablemente, los humanos los tratasen como personas, a menudo, incluso, inconscientes de que no lo son.  Uno de los puntos más importantes en cuanto a inteligencia artificial de los que se habla en el film es la cuestión de qué pasaría si los robots tuviesen la capacidad de poder matar.

     La película está basada en el Chicago de 2035, y muestra una sociedad en la que la tecnología tiene un papel muy importante y está presente en muchos de los aspectos de la vida, principalmente para hacérsela a los humanos más fácil, cómoda y precisa. Los robots son utilizados, por ejemplo, para recoger basura y pasear a los perros. Todos están programados para adaptarse a las Tres Leyes de la Robótica.


     Dado que la película está basada en un libro de culto para los amantes de la Inteligencia Artificial, creemos que es interesante leerlo, así que si a alguien le interesa puede leerlo aquí:

Inteligencia artificial.

La inteligencia artificial es un concepto que cada vez adquiere más presencia en la sociedad. Los avances tecnológicos en este campo son cada vez más sorprendentes.
Aristóteles describió en su día un conjunto de reglas sobre una parte del funcionamiento de la mente para obtener conclusiones racionales, y Ctesibio de Alejandría construyó la primera máquina autocontrolada, un regulador del flujo de agua. Estamos seguras de que ninguno de los dos pensó que, más de veintiún siglos después, fuese a haber en desarrollo, por ejemplo, sistemas inteligentes terapéuticos que permitiesen detectar emociones para poder interactuar con personas autistas.
El avance de la IA ha creado una gran diversidad de opiniones éticas y morales. 
¿Qué podemos decir al respecto?
Que, al igual que todo aquello creado por el ser humano, su carácter positivo o negativo no provendrá más que del uso que este haga de ella.